El edificio es un antiguo convento restaurado a los pies del Puig de Santa Maria en Pollença, es un Relais & Châteaux precioso tanto por dentro como por fuera, donde además se come de maravilla, el año pasado opto a una estrella Michelin.
El edificio es una antigua possessió mallorquina, en la que contrastan los modernos y minimalistas interiores, en los que no falta ni un detalle, los muebles de diseño contemporáneo contrastan a la perfección con los muros de piedra y resaltan la belleza del lugar, ya de por si idílico.
Las habitaciones son todas espectaculares, nosotros nos alojamos en la suite que tiene terraza y jacuzzi, pero el resto de las habitaciones no se quedan atrás, son amplias, cómodas y modernas.
Silencio, sol, masajes y buena cocina, entre otras muchas ofertas, hacen que sea el lugar perfecto para pasar unas inolvidables vacaciones.
Silencio, sol, masajes y buena cocina, entre otras muchas ofertas, hacen que sea el lugar perfecto para pasar unas inolvidables vacaciones.
Si por el contrario queréis pasar el día en la playa os prepararan la comida para llevar y os reservarán una hamaca, al volver podréis escoger uno de los servicios del Spa y quedar como nuevos para cenar en su restaurante, ¿se puede pedir más?.
Además tienen un trato muy profesional y atento, en la dirección encontramos a la familia Suau, hoteleros de toda la vida, también propietarios del hotel Cala Sant Vicenç.
Si os lo podéis permitir es un hotel que os recomiendo con los ojos cerrados.
Además Pollença es un lugar muy recomendable, encontrareis playas, cultura y rincones con mucho encanto.
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